IMPORTANCIA DE LAS HABILIDADES SOCIALES EN EL DESARROLLO EMOCIONAL DE NUESTROS HIJOS
De todas las capacidades de la inteligencia emocional que desarrollaremos en nuestros hijos la de llevarse bien con los demás es la que contribuirá más a su sentido de éxito y satisfacción en la vida.
Los padres tenemos que favorecer el desarrollo de habilidades sociales en nuestros hijos porque es transcendente para su éxito social.
Hablar sobre las habilidades sociales, es analizar ¿cómo se integran nuestros hijos a la familia, a sus compañeros de colegio y a su grupo de amigos del barrio o del club? Si son aceptados en el grupo e invitados a las reuniones sociales, y además considerados como personas simpáticas y empáticas.
Uno de los principales componentes de la inteligencia emocional estudiada ampliamente por Reuven Baron se refiere a las habilidades sociales.
Las habilidades sociales, se definen como la facilidad de llevarnos bien con la gente sin tener problemas, es la manera de comunicar nuestros pensamientos y sentimientos de manera asertiva, es decir las cosas sin ofender, ni molestar a nadie. Entonces cuando hablamos de habilidades sociales, decimos que son los comportamientos necesarios para establecer relaciones interpersonales satisfactorias compartidas que están caracterizadas por la intimidad de dar y recibir afecto.
Las habilidades sociales son un conjunto
de comportamientos aprendidos y adquiridos y su importancia radica en que el individuo logre sentirse bien consigo mismo, que mejoren su autoestima y que emitan comportamientos adecuados y reflexivos frente a sus problemas.
Daniel Goleman afirma, que la neurociencia ha descubierto que el diseño mismo de nuestro cerebro lo hace sociable, inexorablemente atraído a un íntimo enlace cerebro a cerebro cada vez que nos relacionamos con otra persona, este puente nervioso nos permite hacer impacto en el cerebro y, por ende, en el cuerpo de cualquier persona con la que interactuamos, así como hacen esas personas con nosotros. Incluso nuestros encuentros más rutinarios actúan como reguladores en el cerebro, preparando nuestras emociones, algunas deseables, otras no. Cuanto más fuerte nos relacionamos emocionalmente con alguien, mayor es la fuerza mutua.
Nuestros intercambios más potentes se dan con esas personas con las que pasamos más tiempo todos los días, año tras año, en especial aquellos a quienes más queremos. Igualmente afirma: “nuestras relaciones no solo moldean nuestra experiencia sino también nuestra biología.”
Mel Silberman nos comenta: “el siglo XXI traerá un mundo cambiante y altamente interrelacionado…, será difícil alcanzar algo solo con nuestros medios, pero con la ayuda de los otros seremos capaces de realizar grandes logros”. Concluyendo que el éxito depende de las habilidades interpersonales.
Como podemos observar definir las habilidades sociales, se ha convertido en una cuestión de valoración en sí misma.
Desde nuestro punto de vista una definición operacional del término implica:
- Las habilidades sociales se adquieren principalmente a través del aprendizaje.
- Las habilidades sociales incluyen comportamientos verbales y no verbales específicos y discretos.
- Las habilidades sociales suponen iniciativas y respuestas efectivas y apropiadas.
- Las habilidades sociales acrecientan el reforzamiento social.
- Las habilidades sociales son recíprocas por naturaleza y suponen una correspondencia efectiva y apropiada.
- La práctica de las habilidades sociales está influenciada por las características del medio. Factores tales como: edad, sexo, estatus afectan la conducta social del sujeto.
En resumen, estas habilidades incluyen la disposición para comunicarse con éxito lo cual precisa, a su vez de la aptitud de imaginarse a uno mismo en el papel de la otra persona, comprender su comportamiento y reaccionar ante el mismo con eficacia.
La base de las habilidades sociales es la Empatía.
QUÉ ES LA EMPATÍA
- Es la habilidad para estar atento, comprender y apreciar los sentimientos de los demás y ser capaces de “leer las emociones” de las personas.
- La empatía es la capacidad de entender y responder a las experiencias que siente la otra persona. Podemos usar la empatía para ayudar como para causar daño.
- La empatía es la habilidad de mirar el interior de las personas para conocer sus pensamientos, sentimientos y emociones
- La empatía implica el conoc
- imiento de mí mismo.
- Es una fuerza interior que nos lleva a buscar la comprensión de otros, de ponernos en su lugar y por lo tanto no hacer ni decir nada que lo dañe ni lo atemorice.
La empatía, puede usarse no sólo con propósitos buenos y constructivos sino también para manipular y dañar emocionalmente.
Un ejemplo de ello, es cuando yo como padre utilizo palabras como tonto, lento, inútil que no le gustan a mi hijo y las utilizo con mucha frecuencia debo reconocer que le estoy causando daño; y a pesar de ello las utilizo siendo consciente que las críticas y las palabras hirientes le disminuyen la autoestima.
Muchos padres exigen a sus hijos un rendimiento escolar superior, donde el puntaje esperado no tiene en cuenta las habilidades cognitivas y las circunstancias ambientales en las que vive el niño, que son las que realmente posibilitan un desempeño óptimo. La no compresión de este hecho implica por parte de los padres la utilización de adjetivos calificativos que desmerecen a los niños causándoles daños psicológicos muy difíciles de superar.
Podemos ejemplificar con la siguiente historia: Una madre, que había sido profesora durante mucho tiempo, refería que ella había sido muy exigente con su hijo, con el objetivo de hacer de él un gran profesional y no lograba entender porque su hijo la rechazaba y quería vivir lo más lejos posible de ella. Al conversar con el joven, este refiere: “realmente me altero cuando viene mi mamá, me pone nervioso y de mal humor”, cuando le pido que me explique el porqué de estos sentimientos, se pone muy triste y dice “cuando era chico me pegaba, me insultaba, me perseguía con unas tijeras, porque decía lisuras y no quería estudiar”. Le pregunté a la mamá cuánto de cierto hay de que lo perseguía con unas tijeras, la mamá alarmada afirmo que, si lo había hecho, pero en broma, simplemente lo amenazaba y lo perseguía como él me relato. Ella lo vio como una broma, el niño que ahora tiene 18 años ha desarrollado una actitud de rechazo hacia la madre, que no se dio cuenta que su comportamiento aterraba a su hijo quien desarrollo conductas de enuresis y pesadillas nocturnas, y actualmente tiene graves dificultades en la relación con ella.
Recuerden que debemos cuidar nuestras palabras como el artesano cuida sus herramientas más finas, porque las palabras destruyen el alma y la mente de un niño, y también las palabras construyen el éxito y el optimismo en la conducta de un ser humano.
Aquí, en este momento cabe destacar la importancia de la prevención.
Es mucho mejor prevenir que lamentar, es por eso que escribimos este artículo, como un espacio de reflexión que permite recolectar y compartir experiencias con los padres para brindarles mayores y mejores herramientas para la educación emocional de sus hijos.
Otros niños con problemas de aprendizaje y falta de atención se angustian por las dificultades que tienen y empiezan a no querer hacer tareas, a portarse mal en casa, a sentirse enfermos en el colegio, quieren estar en la enfermería, como una forma de huir, porque no pueden enfrentarse con sus limitaciones porque no se conocen a sí mismos, porque por ejemplo no quieren decir realmente me cuesta aprender matemáticas. Es por lo tanto importante que los padres reconozcan las emociones de sus hijos.
PROBLEMAS DE HABILIDADES SOCIALES
La aceptación social o el grado en que un niño es querido por sus iguales es un importante índice de ajuste y de adaptación actual de ese sujeto y un buen predictor de la adaptación futura.
Los niños que son ignorados por sus compañeros y rechazados por ellos constituyen grupos de riesgo de presentar problemas en la infancia y en la adolescencia.
Los niños socialmente habilidosos son los niños más aceptados y queridos, mientras que los niños menos hábiles son ignorados o rechazados por sus iguales. Pareciera ser que entre un 5 y un 25 % de niños experimenta dificultades en las relaciones interpersonales.
Actualmente disponemos de datos que afirman que el repertorio de habilidades sociales es el mayor determinante de la aceptación social en la infancia.
Hemos encontrado que, en todos los grupos de niños, aparecen algunos que experimentan problemas de competencia social y por lo tanto en otras áreas de adaptación social.
Es importante señalar que las dificultades de relaciones interpersonales tienen un efecto negativo no solo en lo social sino también en el rendimiento escolar.
Existen dos grandes grupos de problemas de habilidades sociales:
- Déficit Social - Retraimiento social - timidez.
- Excesos Sociales - Agresión Social.
Déficit social:
Definimos el déficit social, como un conjunto de conductas que resultan de un escape o evitación del contacto social con otras personas.
Son conductas socialmente inhibidas, no asertivas de aislamiento, timidez y pasividad. El comportamiento pasivo quebranta los propios derechos del sujeto, al fracasar en la expresión de sus propios sentimientos de insuficiencia depresión e incompetencia. Los investigadores sugieren que los niños no asertivos mantienen sus déficits de habilidades sociales en la vida adulta.
Excesos Sociales:
Los niños que presentan excesos sociales son calificados como niños agresivos, que se manifiestan con violencia verbal y física, son burlones y conflictivos, desaprueban a los demás, son crueles e irritables. Se preocupan de conseguir sus propios intereses, desafían la autoridad, no muestran sentimientos de culpa y sus profesores los califican como perturbadores de la dinámica del grupo.
Este tipo de comportamiento social puede generar efectos negativos para el niño agresivo, porque dificulta su proceso de socialización, siendo su adaptación conductual inmadura.
Es importante anotar que estos niños tienen una adaptación poco satisfactoria en la vida adulta, pudiendo presentar problemas de alcoholismo, comportamiento antisocial y hasta trastornos psiquiátricos.
Entonces, tanto los niños agresivos como retraídos socialmente manifiestan problemas conductuales relacionados con su incapacidad para actuar en forma efectiva y apropiada en su medio social.
En conclusión, podemos afirmar que tanto padres como profesores, estamos en la obligación de desarrollar en nuestros hijos habilidades sociales.