Todos tenemos habilidades únicas y diferentes, la teoría de las inteligencias múltiples nos ayuda a entenderlas y definirlas.
¿En que se parecen Stephen Hawking a Lionel Messi? ¿o Da Vinci con Tesla? ¿o Usain Bolt a Miguel Ángel? ¿Alguno es más inteligente que el otro?
Algunas personas son buenas para el deporte, otras para la matemática, otros para la comunicación y la lectura, otros para la fotografía o la publicidad, otros para la música y otros para ser empáticos o asertivos. Todos tenemos diferentes habilidades y capacidades intelectuales.
Ninguna de estas capacidades destaca sobre la otra, todos somos diferentes y desarrollamos aquellas con las cuales nos conectamos emocionalmente.
El espacio escolar debe ser un lugar donde las diferentes inteligencias sean potencializadas teniendo en cuenta las características individuales de los alumnos.
Mas allá de las inteligencias múltiples, Howard Gardner propone la conceptualización de la cognición humana con procesos paralelos e independientes. Es decir, cada persona cuenta con un perfil intelectual propio y único.
Es importante valorar distintos aspectos como la diversidad, las capacidades individuales, la constitución cerebral, el entorno y el contexto cultural. Por ello es fundamental reconocer y aceptar la diversidad, y al mismo tiempo establecer unos principios de igualdad
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Es imperativo que los alumnos se desarrollen laboralmente en aquello que los haga felices, potencie sus habilidades, y que puedan disfrutar y destacar en eso que les apasiona y gusta.
